El cielo amaneció luminoso y motivante. Los estudiantes expectantes y agradecidos de un clima que facilitó el desarrollo participativo de una jornada especial. Era el esperado Día del Estudiante, creado por decreto desde el Ministerio de Educación con el propósito de abrir un espacio de convivencia que integre a los distintos estamentos de la comunidad escolar. Con esta idea de propiciar una interacción trasversal, se organizan competencias internas y actividades recreativas como espectáculos artísticos y juegos deportivos.
En el Liceo Alfredo Barría de Curaco de Vélez, el Día del Estudiante partió al alba con un nutritivo desayuno: había que juntar energías para las competencias.Lo primero fue ordenar alianzas: los Pitbull, integrado por alumnos y alumnas de 4to TP, 3ro HC, 2ndo A y 1roB; y la Alianza de los Pipeño que congregó a los 4to HC, el 3ro TP, 2ndoB y 1ro A.
Las actividades debutaron con una maratón de tres kilómetros, desde el cruce de Huyar hasta el frontis del Liceo; y donde coronaron campeones los velocistas Paulina Álvarez y Nicolás Becerra. En segundo lugar llegaron Luís Oyarzo y Paulina Soto, mientras que Diego Ruíz y Vanessa Huenchuman se llevaron el tercer premio de medallas de reconocimiento. En las pruebas generales se impuso la Alianza Pitbull por sobre los Pipeño, quienes lograron una participación levemente menor.
Marcela Paredes, asistente de Aula en Lenguaje y colaboradora del Centro de Alumnos, manifestó su alegría por el buen desarrollo de la jornada: “Quedamos bien satisfechos porque se logró el propósito fundamental que es que actuaran entre ellos, no mediante puntos artísticos aislados en el marco de una ceremonia que es lo que reservamos para los aniversarios. Esta la oportunidad para integrar cursos y edades, para que los de primero medio se conozcan con los de segundo, tercero, de cuarto; también con profesores y asistentes. La convivencia es diferente cuando se comparte de un modo participativo y espontáneo como fueros las actividades organizadas para hoy. Esto quedó demostrado en la capacidad que tuvieron de preparar coreografías creativas que coordinaran a 15 alumnos en 20 minutos”, indicó la asistente de aula.
Por su parte, Raúl Aravena, profesor de filosofía y también asesor del Centro de Alumnos para esta jornada destacó el espíritu de equipo: “El ánimo de las yincanas es participativo, al igual que las demás competencias como “Cuántos caben en un círculo”, tiro de penales y las pruebas sorpresas que se deciden en el momento, como “Juntar monedas de cinco pesos” y “Quién tiene carnet terminado en K”.
La jornada culminó con una fiesta animada por un DJ especialmente contratado para ofrecer una mezcla de músicas que recorriera todos los gustos y sacara al baile a todo ritmo, independiente de la edad o del curso.