Se ubica en el noroeste de la Isla Quinchao, frente al poblado de Dalcahue. Posee una extensa playa, abundante en moluscos y crustáceos, en cuyo borde es posible observar huellas de la era glacial y conchales arqueológicos.
Tomó el nombre a comienzos de siglo 19 cuando las familias del lugar levantaron la primera capilla (activa hacia 1803), en una explanada junto a la playa y un rio, instituyendo como santo patrono a San Francisco Xavier.
A mediados del siglo XIX los sanjavierinos levantaron una segunda capilla, que fue reemplazada por la actual. Esta última se construyó en 1902, tomando como modelo la nueva iglesia de Curaco de Vélez. Sus altares fueron hechos por Manuel Soto Díaz, lugareño, que también trabajó en la iglesia de Castro y otras del archipiélago, creando altares, pulpitos, reclinatorios e imágenes religiosas.
Más antiguo que San Javier es el lugar denominado “El Pasaje”, en el extremo noroeste de la isla. Recibe el nombre por ser un antiguo punto de balseo a Dalcahue.
Conserva molinos de agua y artesanía en lana y fibras vegetales (voqui). Es un paisaje de playas extensas, de piedra bañadas por vertientes desembocando en el mar. Hay lugares para acampar frente al mar. Apta para nadar, pescar y mariscar.
Aquí está la casa museo (replica) de Galvarino Riveros. Tiene playas aptas para mariscar y pescar. Mirador turístico. Abundante flora, fauna y artesanía en lana y voqui. Se conservan molinos de agua.
Designación del mapudungun Palqui, “el árbol solanásio castrum palqui”. Ubicado al noreste de la comuna de Curaco de Vélez, uno de los parajes más bellos de la Isla Quinchao, entres cerros altos frente al mar, islas del mar interior y la cordillera.
Un pintoresco camino conduce desde Palqui Alto al estero y Punta de Palqui, donde estuvieron ubicadas todas las anteriores capillas. En esta antigua caleta y caserío, viven algueros y pescadores, cuyas embarcaciones, junto a cientos de aves, recalan en la desembocadura del estero. Junto a este edilicio paisaje se ubican conchales arqueológicos.
Vista panorámica de hermosos paisajes. Quebradas con abundante vegetación. Tiene una Iglesia y molino de agua. Se desarrolla la artesanía en lana.
Es uno de los pueblos más antiguos de la isla de Quinchao, ubicada en el sector norte de la comuna de Curaco de Vélez, entre Palqui y Diañ, cuya playa conforma una bahía donde desagua un rio que toma el nombre del sector.
Huyar significaría “Lodazal”, en Mapudungun, aunque otra versión indica que “Huillar o Guir” fue un linaje Huilliche llegado al paraje desde Osorno, tras la destrucción y abandono de esta ciudad en 1603.
Para llegar a esta localidad, hay que tomar un desvío- a la izquierda- en el camino que conduce desde el pasaje a Curaco, avanzando 3 Kilómetros desde el cruce se llega a Huyar Alto.
Pueblo de gente amable, de agricultores, hábiles Artesanos y constructores de artilugios de madera.
Para llegar, tras cruzar el rio Vélez se toma el camino de la izquierda, que conduce a este antiguo asentamiento indígena, en cuyas costas se conservan milenario conchales y un importante sitio de interés paleontológico, que muestra los avances y retrocesos de los glaciares, que sepultaron paisajes más antiguos.
Lugar de abundante vegetación y extensas playa donde se produjo en 1712 una de las batallas más sangrientas libradas en suelos chilotes.
En aquel verano los huilliches se rebelaron contra el régimen de encomienda, los abusos y malos tratos que recibían. Como parte del plan, los indígenas hicieron un campamento en este sector, para atacar a los encomenderos de curaco de rilán, pero fueron asaltados por los españoles, que mataron a cientos de naturales como castigo.
Huenao fue también un punto de gran importancia hasta mediados del siglo pasado, pues, desde aquí e efectuaba el balseo en bote a remos hasta la península de Rilán, y luego de atravesarla, otro balseo conducía a la ciudad de Castro.